¿Cómo funciona la batería de plomo-ácido?
La batería de plomo-ácido sigue siendo uno de los dispositivos de almacenamiento de energía más importantes de la tecnología moderna. Inventada en el siglo XIX por Gaston Planté, aún se utiliza ampliamente en vehículos, sistemas de alimentación de respaldo e instalaciones de energías renovables. Su vigencia radica en su simplicidad, fiabilidad y capacidad para suministrar altas corrientes de arranque. Para comprender su funcionamiento, debemos examinar su estructura, reacciones químicas y características de rendimiento. Este análisis explica en detalle el funcionamiento interno de la batería de plomo-ácido y su papel en los sistemas energéticos.
El principio de la conversión de energía electroquímica
Todas las baterías funcionan mediante reacciones electroquímicas que convierten la energía química en energía eléctrica. La batería de plomo-ácido es una pila secundaria, lo que significa que sus reacciones son reversibles: puede descargarse para proporcionar energía y recargarse para recuperar su potencial químico.
Durante la descarga, los electrones fluyen a través del circuito externo desde el terminal negativo (ánodo) al terminal positivo (cátodo), alimentando los dispositivos conectados. Durante la carga, una fuente de alimentación externa invierte este flujo, forzando a los electrones a regresar al ánodo e invirtiendo las reacciones químicas ocurridas durante la descarga.
La tensión de salida y la capacidad de la batería dependen de los materiales específicos utilizados en los electrodos y en el electrolito. En la batería de plomo-ácido, estos materiales son plomo, dióxido de plomo y ácido sulfúrico.
Estructura y componentes de una celda de plomo-ácido
Una sola pila de plomo-ácido produce aproximadamente dos voltios. Una batería típica de coche de 12 voltios contiene seis pilas conectadas en serie. Cada pila tiene tres componentes principales: los electrodos, el electrolito y los separadores.
Positivo Lámina (Cátodo) – Hecho de dióxido de plomo (PbO₂), un compuesto oxidante marrón.
Placa negativa (ánodo) – Hecha de plomo metálico esponjoso (Pb), que tiene una gran superficie para reacciones químicas.
Electrolito – Una solución diluida de ácido sulfúrico (H₂SO₄) y agua. Actúa como conductor de iones y participa en las reacciones químicas.
Separador – Un material aislante poroso, a menudo fibra de vidrio o caucho, que impide el contacto directo entre las placas al tiempo que permite el flujo iónico.
Las placas tienen una estructura reticular en lugar de ser láminas sólidas. Este diseño reticular maximiza la superficie y minimiza la resistencia. La celda completa está encerrada en una carcasa resistente a los ácidos, generalmente de polipropileno, que proporciona protección mecánica y contiene el electrolito.

El proceso de descarga
Cuando una batería alimenta un dispositivo, se produce un proceso de descarga. En esta etapa, la energía química almacenada en la batería se convierte en energía eléctrica.
En la placa negativa, el plomo reacciona con los iones sulfato (SO₄²⁻) del ácido sulfúrico para formar sulfato de plomo (PbSO₄) y libera electrones:
Pb + SO₄²⁻ → PbSO₄ + 2e⁻
En la placa positiva, el dióxido de plomo reacciona con los iones de hidrógeno y los iones sulfato, consumiendo los electrones que fluyen a través del circuito y formando sulfato de plomo y agua:
PbO₂ + 4H⁺ + SO₄²⁻ + 2e⁻ → PbSO₄ + 2H₂O
Combinando estas reacciones, el proceso de descarga global se puede resumir como:
Pb + PbO₂ + 2H₂SO₄ → 2PbSO₄ + 2H₂O
A medida que la batería se descarga, se consume ácido sulfúrico y se forma agua. El electrolito se vuelve menos concentrado, lo que reduce su densidad. Este cambio se puede medir para estimar el estado de carga.
El proceso de carga
Al aplicar una corriente externa —como la de un alternador o cargador de coche— las reacciones se invierten. El objetivo es convertir el sulfato de plomo de ambas placas de nuevo en dióxido de plomo y plomo esponjoso, restableciendo al mismo tiempo la concentración de ácido sulfúrico.
En la placa negativa:
PbSO₄ + 2e⁻ → Pb + SO₄²⁻
En la placa positiva:
PbSO₄ + 2H₂O → PbO₂ + 4H⁺ + SO₄²⁻ + 2e⁻
La reacción de carga global es:
2PbSO₄ + 2H₂O → Pb + PbO₂ + 2H₂SO₄
Durante la carga, la concentración de ácido sulfúrico aumenta nuevamente. Si la carga continúa más allá de la capacidad máxima, el agua del electrolito se descompone, produciendo hidrógeno y oxígeno gaseosos. Este proceso, conocido como "gasificación", provoca pérdida de agua y requiere mantenimiento en las baterías inundadas.

El papel del electrolito
El ácido sulfúrico participa activamente en el proceso de conversión de energía. Proporciona los iones que permiten el flujo de electrones a través del circuito externo. La concentración del ácido afecta directamente tanto al voltaje como a la vida útil de la batería. Concentraciones más altas de ácido producen un voltaje mayor, pero también aceleran la corrosión de las placas.
El electrolito también actúa como refrigerante, disipando el calor generado durante la carga y descarga. La densidad del ácido varía con el estado de carga de la batería, lo que lo convierte en un parámetro de diagnóstico útil para técnicos y usuarios.
Eficiencia y características eléctricas
La tensión teórica en circuito abierto de una pila de plomo-ácido es de aproximadamente 2,12 voltios. A medida que la batería se descarga, la tensión disminuye gradualmente hasta alrededor de 1,75 voltios. Descargarla por debajo de este nivel puede causar daños debido a la formación de grandes y estables cristales de sulfato de plomo, difíciles de reconvertir; este proceso se conoce como sulfatación.
En términos de eficiencia, las baterías de plomo-ácido presentan una alta eficiencia coulómbica (superior al 90%), lo que significa que la mayor parte de la carga suministrada durante la carga se puede recuperar durante la descarga. Sin embargo, su eficiencia energética es menor, generalmente entre el 75% y el 85%, debido a la generación de calor y las pérdidas por resistencia interna.
La temperatura juega un papel clave: a bajas temperaturas, la resistencia interna aumenta y el rendimiento disminuye; a altas temperaturas, la autodescarga y la corrosión se aceleran.
Sulfatación y otros mecanismos de degradación
La sulfatación es la causa más común de batería de plomo-ácido Fallo. Se produce cuando los cristales de sulfato de plomo crecen demasiado y no pueden reconvertirse en materiales activos durante la carga. Esto suele deberse a una carga insuficiente crónica o a largos periodos de inactividad. La sulfatación leve a veces puede revertirse con una carga de ecualización, pero los casos graves son irreversibles.
Otros procesos de envejecimiento incluyen:
Corrosión de la rejilla: La rejilla metálica de la placa positiva se oxida con el tiempo, debilitando su estructura.
Desprendimiento de material activo: Los ciclos repetidos pueden provocar que partes del material activo se desprendan de la rejilla.
Estratificación de electrolitos: La concentración de ácido se vuelve desigual, reduciendo el rendimiento efectivo.
Un mantenimiento adecuado, unas tensiones de carga correctas y una ecualización periódica pueden prolongar significativamente la vida útil de la batería.
Variaciones en el diseño de baterías
Aunque todas las baterías de plomo-ácido utilizan la misma química fundamental, sus diseños varían para adaptarse a aplicaciones específicas.
Baterías de plomo-ácido inundadas (FLA):
El tipo más tradicional, que contiene electrolito líquido. Requieren mantenimiento regular para reponer el agua evaporada. Son comunes en vehículos y sistemas estacionarios.
Malla de fibra de vidrio absorbente (AGM):
El electrolito se absorbe en esteras de fibra de vidrio entre las placas. Estas baterías selladas resisten las vibraciones, permiten mayores tasas de descarga y no requieren mantenimiento. Se utilizan en Sistema UPSs y vehículos con sistema Start-Stop.
Baterías de gel:
El ácido sulfúrico se mezcla con sílice para formar una sustancia gelatinosa. Estas baterías son herméticas y resultan idóneas para aplicaciones de ciclo profundo, como sistemas solares y dispositivos móviles.
Cada tipo ofrece un equilibrio entre coste, mantenimiento y rendimiento, pero todos se basan en las mismas reacciones electroquímicas subyacentes.
Control de carga y mantenimiento de la batería
La carga debe controlarse cuidadosamente para evitar daños. El proceso de carga generalmente consta de tres etapas:
Etapa de carga rápida: Se aplica una corriente constante hasta que el voltaje aumenta hasta un límite establecido.
Etapa de absorción: El voltaje se mantiene constante mientras la corriente disminuye gradualmente.
Etapa de flotación: Un voltaje reducido mantiene la carga completa sin causar desprendimiento de gases.
La compensación de temperatura es fundamental: las altas temperaturas requieren voltajes de carga más bajos, mientras que las bajas temperaturas exigen voltajes ligeramente más altos. La sobrecarga provoca la emisión de gases y la pérdida de agua, mientras que la carga insuficiente favorece la sulfatación.
Los cargadores modernos utilizan sistemas controlados por microprocesador que monitorizan el voltaje, la corriente y la temperatura para garantizar una carga segura y eficiente.

Densidad energética y rendimiento
En comparación con las baterías de iones de litio, las baterías de plomo-ácido tienen una menor densidad energética (normalmente de 30 a 50 vatios-hora por kilogramo). Sin embargo, destacan por su capacidad para suministrar altas corrientes de arranque, lo que las hace ideales para el arranque de motores. Su baja resistencia interna les permite proporcionar grandes ráfagas de energía de forma instantánea.
La vida útil varía según la profundidad de descarga y el mantenimiento. Las baterías con ciclos de descarga superficiales pueden ofrecer miles de ciclos, mientras que las descargas profundas reducen su vida útil. Las baterías de alta calidad para ciclos profundos, como las AGM o de gel, pueden superar los 800-1000 ciclos con un uso controlado.
Impacto ambiental y reciclaje
A pesar de contener plomo, uno de los metales más tóxicos, las baterías de plomo-ácido se encuentran entre los productos más reciclados a nivel mundial. Más del 95 % de sus materiales —plomo, ácido y plástico— pueden recuperarse y reutilizarse. Este proceso de reciclaje en circuito cerrado minimiza el impacto ambiental y hace que la tecnología sea relativamente sostenible.
Los fabricantes y las plantas de reciclaje siguen estrictas normas medioambientales para prevenir la contaminación. La eficiencia de este sistema de reciclaje contribuye a la viabilidad económica y ecológica continua de las baterías de plomo-ácido.
Aplicaciones y relevancia continua
La batería de plomo-ácido sigue siendo la opción predominante en los sistemas de arranque, iluminación e ignición (SLI) de los automóviles debido a su fiabilidad y capacidad para suministrar alta corriente. También sirve como respaldo fiable en telecomunicaciones, hospitales y sistemas de alimentación ininterrumpida (SAI). En los sistemas de energías renovables, las variantes de ciclo profundo ofrecen un almacenamiento asequible para la energía solar y eólica.
Aunque las tecnologías químicas avanzadas, como las de iones de litio, dominan actualmente la electrónica de consumo y los vehículos eléctricos, la tecnología de plomo-ácido sigue mejorando. Innovaciones como los electrodos reforzados con carbono y los diseños bipolares han aumentado la capacidad de carga, reducido la sulfatación y mejorado la vida útil.
La batería de plomo-ácido funciona mediante reacciones químicas reversibles que involucran plomo, dióxido de plomo y ácido sulfúrico. Durante la descarga, la energía química se convierte en energía eléctrica a medida que ambas placas forman sulfato de plomo; durante la carga, una corriente externa invierte este proceso, regenerando los materiales activos.
Su diseño combina fiabilidad química con robustez mecánica. Si bien es relativamente pesada y tiene una menor densidad energética que las alternativas modernas, sigue siendo invaluable en aplicaciones que requieren durabilidad, alta corriente y rentabilidad. Además, su consolidada infraestructura de reciclaje y las continuas mejoras tecnológicas garantizan que la batería de plomo-ácido siga desempeñando un papel importante en el panorama energético mundial.








